Viajamos por el aire, pero no en avión como la película protagonizada y galardonada de George Clooney, si no en la casa del Señor Frediksen a la cual decide atar unos cuantos cientos de globos y marcharse lejos con todas sus cosas puestas a cumplir los sueños que siempre compartió con su difunta esposa Eli, llegar a las cataratas Paraíso.
Con una música inolvidable lloramos y reímos con los entrañables personajes que nos soprenden durante la cinta.
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